Hoy hemos llegado a casa y nos hemos sentado delante del ordenador para ponernos a escribir como locos y plantearnos ciertas cuestiones sobre la gran ciudad, al más puro estilo Carrie Bradshaw. Nosotros no vamos a hablar de citas, ni de Mr. Big, ni estamos en un increíble loft de New York, pero sí que vamos a empezar a reflexionar sobre algunas cosas que nos han pasado a lo largo del día.

¿Por qué la vida en la gran ciudad es tan impersonal?

No es que vivamos en una ciudad enorme y extremadamente cosmopolita, pero hasta en los sitios que no son tan grandes la gente se ha vuelto demasiado individualista. Parece que ya no importan las personas, hablar, conversar, mirarse a los ojos, interactuar de verdad!

¿Es que nos estamos convirtiendo en máquinas que salen de su casa, realizan la función para la que están programadas y vuelven, sin pena ni gloria?

En Fotográfica nos declaramos en contra de todo esto y a favor de las cosas hechas con mimo y amor, del trato personalizado y del interés sincero por los demás. Y si en la gran ciudad esto se está perdiendo -o se ha perdido-, reivindicamos el valor del pueblo como lugar en el que vivir agusto y disfrutar de la vida. Aire puro, nada de ruidos ni contaminación, un huerto para cultivar, gallinas, alimentos de primera calidad… ¿qué más se puede pedir?

Seguro que si Carrie pasara unos días en un pueblo remoto de la Castilla profunda se olvidaba de Mr. Big y hasta de de Manolo Blahnik!

 

Gallo

Planta

Utensilio de jardinería

El pueblo