Angie & David son todo amor. Una pareja de ésas que te encandilan desde el principio, y no sólo por ese estilazo que tienen, sino también porque entre ellos hay algo muy especial, y se nota. Vinieron a vernos desde Valladolid, donde viven; enseguida nos dimos cuenta de que habíamos conectado con ellos y finalmente tuvimos la suerte de acompañarles en el precioso día de su boda.
Era septiembre en el occidente asturiano. Una época en la que siempre brilla el sol de una manera especial en esta región, y ese día no podía ser menos. Nos dirigimos en primer lugar a la Torre de Villademoros, el sitio que Angie y David eligieron para prepararse. Se trata de una antigua torre de piedra que en el s. XVIII perteneció a una casona solariega, un lugar impresionante con vistas al mar y a la montaña, todo para ellos… Con un escenario así y estos novios tan ilusionados, aprovechamos para capturar algunos momentos bonitos. Rosa Vegas se encargó del maquillaje y de la peluquería, y Ernesto Terrón es el autor de un vestido impresionante que ya nos deslumbraba mientras estaba colgado en su percha, pero que nos acabó de fascinar cuando Angie se lo puso. INCREÍBLE. Angie y David tienen mucho estilo, y esa clase tan característica la supieron trasladar perfectamente a cada detalle de su boda: vestido, traje, localizaciones, detalles… No faltó nada, pero además, todo tenía sentido y se integraba perfectamente con la personalidad de los novios.
La ceremonia tuvo lugar en el Cabo Busto. Una localización inigualable donde el sol, el olor a mar y la emoción lo envolvieron todo de principio a fin. Tras un rato de espera, David por fin vio llegar a Angie y fue entonces cuando empezaron a aparecer las lágrimas en sus ojos, pero también en los de padres, hermanos, primos, amigos… todos ellos venidos desde muy lejos y felices de compartir un día tan especial con Angie y David. Al finalizar, y aún con lágrimas en los ojos, nos fuimos a Ca Xuacu, donde tuvo lugar la celebración. Ca Xuacu son unos apartamentos rurales situados en Valdés que tienen un significado muy especial para Angie y David, y no es de extrañar porque Pepín y Teté, quienes los regentan, son de esa gente que siempre te hacen sentir como en casa, pero de verdad. Catering de Balbona y una impresionante tarta de la Pastelería Cabo Busto hicieron las delicias de los asistentes.
Una boda de ésas que dejan huella. Porque muchas veces lo que menos importa es la decoración, la ropa o los detalles, sino el amor verdadero que está en el origen de una celebración así; en el caso de Angie y David todo de principio a fin fue increíble, pero sobre todo el amor que sienten el uno por el otro.
Después de un par de semanas de descanso, Angie y David volvieron a Asturias para hacer su reportaje de postboda, así que volvimos a Valdés para recorrer algunos de los lugares en los que habíamos estado el día de su boda, pero esta vez mucho más relajados, disfrutando aún más si cabe del momento.
Después de los momentos tan intensos que pasamos con Angie y David, y de vivir la celebración de su boda tan de cerca, tratamos de reflejar todas esas emociones en sus álbumes de boda y postboda. Además, quisimos personalizarlos aún más a su estilo y le encargamos a Nat Tattaglia que diseñara una imagen personalizada para ellos, con una llama que refleja la pasión existente entre Angie y David, #DemonFamily.
