A principios de este año recibimos un email de Paola para preguntarnos si teníamos libre una fecha muy especial. Ella y su novio habían decidido dar el gran paso y eligieron el 24 de junio, el día más largo del año, para hacerlo. Pero las sorpresas no quedaron ahí. Además de lo especial de la fecha, Paola y Chetan decidieron celebrar su boda en el Palacio de la Bouza, un lugar único y lleno de encanto que se vistió de gala para la ocasión. Allí reunieron a invitados que llegaron de todas partes del mundo para celebrar su boda por el rito hindú.
Después de algunos años dedicándonos a la fotografía, hemos asistido a bodas muy diferentes, algunas celebradas en lugares impresionantes, otras originales por su guion, todas especiales al fin y al cabo. Sin embargo, nunca habíamos tenido oportunidad de presenciar una boda hindú, así que para nosotros la boda de Paola y Chetan fue también una ocasión única.
Por lo demás, todo ocurrió de una manera fluida, de principio a fin. Paola y Chetan pusieron todo su amor en cada detalle (incluida la comida) y disfrutaron durante todo el día del calor constante de sus familias y amig@s. Después de temer durante algunos minutos la presencia de la lluvia, la ceremonia finalmente pudo celebrarse en el exterior, donde el sacerdote hindú (Juan Carlos Ramchandani, Krishna Kripa Dasa) que la oficiaría tenía todos los elementos necesarios preparados.
Primero llegó Chetan con los suyos, y todos juntos recibieron a Paola (con un vestido impresionante) y su familia, representando así su unión. La ceremonia se fue construyendo rito tras rito en un acto que estuvo lleno de color, sensaciones y sonrisas. Paola y Chetan no podía ocultar su felicidad y, finalmente, confirmamos que más allá de que la fecha, el lugar y el rito fueran especiales, lo realmente importante es el motor que lo mueve todo: su amor.