(English version below)
Bea y Rhys son nuestros amigos. Viven lejos y solo nos vemos 2 ó 3 veces al año, pero son de esos amigos a los que siempre sientes cerca, como si el tiempo y la distancia no contaran, así que su boda fue muy especial para nosotros.
Normalmente cuando vamos a una boda nos situamos detrás de las cámaras, manteniendo una distancia profesional con lo que ocurre al otro lado y tratando de captar cada instante. Pero Bea y Rhys querían que disfrutásemos de su día con ellos, así que nos sacaron de nuestra posición habitual y nos situaron al otro lado. Aún así, no pudimos evitar llevar la cámara, pero nos lo tomamos como un ejercicio personal que nos permitiera ver y mostrar una perspectiva muy diferente a la de las bodas que habitualmente hacemos.
Cuando se casan dos amigos hay mucho que celebrar. Empezando por el amor que hay entre ellos, que hace que todo fluya de una manera increíblemente natural. Pero también porque Bea y Rhys nos permitieron con su boda reencontrarnos con un buen puñado de amigas y amigos a los que hacía tiempo que no veíamos y pasar unos días todos/as juntos/as.
Así que el 12 de julio hicimos felizmente las maletas y pusimos rumbo a Bristol. Allí nos reecontramos con Stokes Croft, con los graffitis gigantes, con Lau, Nuri, Idoya, Sara, Jose y Urko, con la sospecha de que cualquiera puede ser Banksy, con los carteles de Tesco NO, el Full Moon, La Cantine y todos los bristolians!
Boda inglesa. Hemos asistido a pocas bodas como invitados, nunca a una inglesa. Y, la verdad, todo fluyó de manera normal y natural de principio a fin, reflejando en todo momento la personalidad de Bea y Rhys: divertida y con estilo. Bea deslumbró a todo el mundo con su vestido, el mismo que había utilizado su madre para su boda (con un par de toques actuales) y Rhys se mantuvo elegante hasta el último minuto, dando aún más brillo a su traje con esa sonrisa suya.
Además, hubo otros muchos elementos que contribuyeron a hacer especial la boda de Bea y Rhys. Las flores de Lucy Coco, que nos conquistaron desde que vimos el ramo de Bea. La selección musical, que nos acompañó durante el cocktail en el barco y a lo largo de toda la tarde, así como el gran gusto de los amigos que estuvieron pinchando más tarde. Y, por supuesto, lo bien que lo pasamos recordando viejos tiempos, hablando sin parar, bailando todo lo que sonaba, discutiendo sobre la existencia de las albóndigas, llenándonos la cara de brillantina y, sobre todo, viéndoles a ellos dos tan felices. Sin duda, un placer estar del otro lado.
Lots of love, Bea & Rhys!!!
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Bea y Rhys are our friends. They live in Bristol and we only get to see each other 2 or 3 times a year, but they are this kind of friends you always feel close to, as if time and distance did not count, so their wedding was so special for us.
We usually attend weddings to work as photographers and place ourselves behind the cameras, maintaining a professional distance with what happens on the other side and trying to capture every moment. But Bea and Rhys wanted us to enjoy their day with them, so they took us out of our usual position and put us on the other side. Even so, we could not avoid taking the camera with us, but faced it as a personal exercise to see and show a very different perspective.
When two friends get married there is sooo much to celebrate. First of all, the love they share, which makes everything flow in an incredibly natural way. Also, Bea & Rhys’ wedding allowed us to meet again with a bunch of good friends that we had not seen for a long time and spend a few days all together.
So on July 12 we happily packed our bags and headed for Bristol. Once there, we catch up with Stokes Croft, with the giant graffitis, with Lau, Nuri, Idoya, Sara, Jose and Urko, with the suspicion that anyone could be Banksy, with the posters of Tesco NO, the Full Moon, The Cantine and all the bristolians!
English wedding. We have attended very few weddings as guests, never an English one. And, honestly, everything flowed naturally from beginning to end, reflecting at all times the personality of Bea and Rhys: fun and classy. Bea dazzled everyone with her dress, the same one that her mother had used for her wedding (with a couple of «modern» touches) and Rhys remained elegant from beginning to end, giving even more shine to his suit with his smile.
In addition, there were many other elements that contributed to make Bea & Rhys’ wedding so special. The flowers by Lucy Coco conquered us since we saw Bea’s bouquet. The musical selection, which accompanied us during the cocktail on the boat and throughout the afternoon, as well as the great taste of the friends who were playing music afterwards. And, of course, the amazing time we had remembering old times, talking nonstop, dancing every song, discussing the existence of meatballs, filling our face with glitter and, above all, seeing Bea and Rhys so so happy. Yes, it was great being on the other side!
Lots of love, Bea & Rhys!!!
¡OOOOOOOOOOOOOOOOOH!
Me encantan las fotos, me encanta el texto y vosotros me encantáis más si cabe.
(Lo sé, os debo las mías, pronto)
<3 <3 <3 <3 <3
Saretet